Instalar
un punto de carga para vehículos eléctricos en el garaje comunitario o privado
En el caso de tener garaje para el coche, pueden
suceder dos cosas: que tengamos una cochera en una casa unifamiliar, y siendo
así muy probablemente ya haya algún enchufe en el garaje, o que tengamos una
plaza de garaje o cochera en un garaje comunitario, con más vecinos, lo cual
suele ser lo más habitual en España. En este caso casi ningún garaje tiene
enchufes, y si tiene alguno, es de la comunidad.
Hay que tener presente que con un enchufe
convencional, de tipo doméstico, de 16 A, ya se puede recargar un coche
eléctrico. Este tipo de enchufe sirve para lo que se viene a denominar recarga
ocasional (que suele limitarse a 10 A y unos 2,3 kW de potencia). Lo más
relevante en este caso es que la instalación de toma de tierra de la línea que
alimenta ese enchufe esté bien instalada.
GARAJE
COMUNITARIO:
Sólo
hay que informar a la comunidad
En el caso de una cochera o plaza de garaje
individual en un garaje colectivo la instalación se complica un poco, pero
tampoco hay que asustarse. Como estamos hablando de tener que realizar una
instalación en un elemento común que se comparte con otros propietarios, no
podemos actuar sin más, ni hacer lo que queramos.
Para instalar un punto de recarga en un garaje
comunitario, solo es necesario informar por escrito al Presidente o administración
de fincas como nosotros AF gestifinc. Pero no vale de cualquier manera.
(La Ley de Propiedad Horizontal se modificó para
simplificar y facilitar la instalación. El 23 de noviembre de 2009 se publicó
en el BOE número 283 la Ley 19/2009, de medidas de fomento y agilización
procesal del alquiler y de la eficiencia energética de los edificios, y en su
artículo tercero se modifica la Ley de Propiedad Horizontal para que no haya
que someter la instalación a la aprobación de una junta de propietarios.)
Simplemente hay que informar por escrito, de
manera oficial, al presidente de la comunidad o administrador de la finca, de
que se va a realizar la instalación, y guardar copia del documento con fecha y
sello o firma.
CUMPLIENDO
CON la instrucción técnica complementaria del
Reglamento electroténico de baja tensión (REBT), la ITC-BT-52,
que regula la infraestructura de recarga para vehículos eléctricos.
a) Desde nuestro contador
Si el garaje es del mismo edificio en el que
vivimos, lo más razonable es realizar una derivación de nuestra instalación
eléctrica individual hasta la plaza de garaje, aprovechando el mismo contrato
de suministro eléctrico de la vivienda. Aquí hay dos opciones, o realizarla
desde el propio contador de nuestro suministro eléctrico, o bien realizarla
desde el cuadro general de mando y protección de nuestra vivienda.
La ventaja de la primera opción es que normalmente
la centralización de contadores se encuentra en la planta cero, y como las
plazas de garaje suelen estar en la planta cero o en planta sótano, la
distancia desde el contador hasta el punto de recarga será menor, y el coste de
la instalación será también algo menor, al tener que gastar menos metros de
cable. Esta opción requiere de contador eléctrico digital o electrónico.
La ventaja de la segunda opción es que se puede
tener un control directo de la línea que alimenta el punto de recarga desde la
propia vivienda, pues se instalaría allí el interruptor automático y el
interruptor diferencial, o incluso un pequeño contador, programador, etc. La
pega es que cuanto más alta se encuentre nuestra vivienda, más metros de cable
se necesitarán para llegar hasta el punto de recarga.
En principio para un punto de recarga normal, o de
recarga lenta, a 16 A y unos 3,6 kW de potencia, no es necesario contratar un
suministro específico, con un segundo contrato y una segunda cuota fija, aunque
también se podría hacer según sean las circunstancias.
De hecho, muchas veces tampoco será necesario ni
siquiera aumentar la potencia contratada que tenemos en nuestra vivienda,
aunque esto dependerá un poco de cada caso. Sí hay que fijarse en qué grado de
electrificación tiene la vivienda, pues lo que estamos haciendo es una ampliación
de la instalación existente. El electricista ya está pendiente de esto. El
coste final de la instalación, en este caso, puede estar entre unos 800 y 1600
euros, aproximadamente.
No todo el mundo, en concreto ciertas compañías
eléctricas, defiende esta posibilidad de instalación derivando desde el
contador del usuario. Veremos cómo queda definitivamente la ITC
correspondiente. Ahora mismo se encuentra en una situación un tanto alegal en
ciertas comunidades autónomas.
b) Desde el contador del garaje
Si la plaza de garaje no está en el mismo edificio
en el que vivimos, o bien si no es posible realizar la derivación desde el
contador del propio usuario, porque finalmente la normativa no lo permita, o
porque resulta muy difícil técnicamente, por cuestiones relacionados con el
edificio, se puede hacer la derivación desde el contador eléctrico del propio
garaje.
Más allá de esta diferencia, la instalación no
cambia apenas con la derivación desde el propio contador individual. Se hace
imprescindible un contador secundario en la derivación que servirá para que la
comunidad de propietarios del garaje cobre al usuario la electricidad que
consuma su punto de recarga, y se lo pasen por ejemplo con la cuota de la
comunidad correspondiente.
Para este caso obviamente no solo es suficiente
con informar a la comunidad de propietarios, sino que SE REQUIERE APROBACIÓN DE LA JUNTA DE PROPIETARIOS.
Es conveniente dejar claro que no vale con 'coger'
electricidad de una línea eléctrica que pasa al lado de nuestra plaza de
garaje, realizando una conexión o derivación directa sin más. Hay que hacer un
nuevo circuito con su propia línea, específico para el punto de recarga. Esto
es así sobre todo por una cuestión de seguridad y control, y para evitar
sobrecargar un circuito ya existente.
c) Con un nuevo suministro
En este caso no se realiza la instalación de la
línea eléctrica para el punto de recarga derivando desde un contador existente,
ya sea del usuario, ya sea del garaje, sino que se contrata un nuevo suministro
eléctrico, con el coste fijo mensual o bimestral correspondiente, y con su contador
principal propio.
c.1)
en vivienda unifamiliar:
Es decir, con esta solución tendríamos un contrato
para la electricidad de la casa, con sus correspondientes facturas periódicas,
y también tendríamos un contrato para la electricidad del punto de recarga, a
su vez con sus correspondientes facturas. Es decir, es una solución más cara
para el usuario.
c.2)
en garaje comunitario: (requiere de autorización de la Junta)
Hay un par de variantes de este sistema:
La primera es la del gestor de carga. En lugar de
que sea el propio usuario el que costee la instalación, y pague a la compañía
eléctrica por el suministro y el consumo, puede hacerlo a través de un gestor
de carga, que es una empresa que, sin ser una compañía eléctrica, se ocupa de
soluciones de recarga de vehículos eléctricos y puede revender electricidad.
En este caso la instalación, con el nuevo
suministro y contador, así como el propio punto de recarga, lo paga el gestor
de carga, y luego mensualmente el usuario paga al gestor de carga lo que se
haya estipulado. Es decir, en este caso se paga el servicio, además del
consumo. Suele haber soluciones tipo 'bono' (con tantos kWh
incluidos) o tipo 'tarifa plana', según el caso. Esta solución puede
ser útil sobre todo en garajes muy grandes.
La otra variante es que ese nuevo suministro con
un contador principal sirva para varios puntos de recarga. Es lo que viene a
llamarse como una instalación troncal. Del contador principal se derivan tantos
contadores secundarios como puntos de recarga vaya a haber. De nuevo esta
solución parece más indicada para garajes grandes, en garajes donde vaya a
haber muchos puntos de recarga, o en aquellos que no están en el mismo edificio
que la vivienda de los usuarios.
¿Es
muy complicada la instalación?
Hasta que la normativa de obligado cumplimiento en
las obras nuevas de edificación no estipule que se debe prever
(preinstalación), o directamente instalar, puntos de recarga en las plazas de
garaje, y desde luego en todos los edificios ya construidos, la instalación de
un punto de recarga en una plaza de garaje puede ser más o menos complicada.
Lo que hay que tener presente es que todos los
costes de la instalación los debe pagar el usuario de ese punto de recarga, y
que no puede causar daños a las instalaciones o elementos comunes del edificio,
y en caso de que algo se dañe debido a la instalación, tiene que hacerse cargo.
Esto por otra parte es de total lógica y sentido común.
En principio la instalación es algo relativamente
simple: solo hay que hacer llegar un cable hasta la plaza de garaje. En una
instalación monofásica hablamos realmente de tres cables: fase, neutro y toma
de tierra. En todos los supuestos que hemos expuesto antes, la mayor dificultad
suele presentarse para hacer llegar ese cable desde el contador hasta la plaza
de garaje, pues el recorrido puede ser un tanto laberíntico.
Dependiendo de dónde esté la plaza de garaje puede
haber más o menos distancia que recorrer, y más o menos barreras
arquitectónicas que superar: paredes, forjados, escaleras, etc. Si la vivienda
no es muy vieja puede haber conducciones eléctricas empotradas, generosamente dimensionadas,
por las que pueden pasar los cables. También se pueden aprovechar los falso
techos y patinillos.
Cuando estas conducciones para instalaciones no
permitan pasar más cables, o cuando ni siquiera existan, entonces no queda otro
remedio que realizar nuevas conducciones, y muy probablemente deban ser vistas,
por su menor coste y rapidez de ejecución. Dentro del propio garaje que las
conducciones sean vistas no suele ser un problema pues estas ya se realizan
así. El problema está en otras zonas. Hay que intentar llevarlo oculto siempre.
Según el caso puede ser necesario realizar algún
agujero en algún elemento constructivo para pasar la conducción con el cable.
Obviamente pilares y vigas, elementos estructurales, no deben verse afectados
(atornillar algo a un pilar, sí, agujerear una viga para pasar un cable o
tubería, no).
En general NO deberían ser necesarias obras de
albañilería. Con las conducciones vistas se emplean normalmente conducciones de
plástico no propagador de la llama. De nuevo el electricista que realice la
instalación ya está al tanto de toda la normativa y sabe hacer su trabajo.
Una vez que el cable ha llegado a la plaza de
garaje, allí se coloca un cuadro de mando y protección, con interruptor
diferencial y con interruptor automático magnetotérmico, además de otros
elementos si se consideran necesarios, y la base mural de recarga.
Hay
que elegir una base mural de recarga acorde con el vehículo
El wallbox puede ser de diferentes maneras: por ejemplo,
con manguera con cable y conector específico para el vehículo eléctrico que
vamos a recargar (con varios de metros de longitud de cable para llegar sin
problemas), o bien con tomas de recarga sin más, una o varias, con diferentes
conectores (o sea, varios 'enchufes'), donde enchufar el cable de
recarga del vehículo. Las tomas tendrán tapa, por seguridad.
Hay que tener presente que no todos los vehículos
eléctricos tienen el mismo tipo de conector de carga. Las motos y cuadriciclos
eléctricos suelen utilizar el conector schuko (el doméstico), mientras que los
coches eléctricos, furgonetas eléctricas e híbridos enchufables suelen utilizar
el conector Yazaki (Tipo 1), por ejemplo Nissan, Mitsubishi o Chevrolet y Opel,
o bien utilizar el conector Mennekes (Tipo 2), por ejemplo Renault, Volkswagen,
BMW, Mercedes-Benz o Tesla (no es exactamente un Tipo 2, pero es compatible)
La seguridad de la instalación de un punto de
recarga está más que garantizada. Justo en la derivación se coloca un primer
sistema de protección de la línea que en caso de que hubiera cualquier problema
corta la electricidad y punto. Y después la base mural tiene su propia
protección eléctrica.
Además, las bases de recarga están pensadas para
ser utilizadas en el exterior y ser resistentes a las salpicaduras de agua. Hay
que tener presente que los propios vehículos eléctricos, los cables de carga y
los conectores están pensados para ser utilizados en el exterior, expuestos a
la intemperie, sin que haya problemas incluso aunque esté lloviendo.
No olvidemos que el que haya un punto de recarga
en una plaza de garaje no supone mayor problema de seguridad, pues en el garaje
ya hay instalación eléctrica. Y para los más asustadizos hay que recordar que
el riesgo de incendio de un coche eléctrico es menor que en un coche convencional
de motor de combustión (la gasolina, aunque no pensemos todos los días en ello,
es mucho más peligrosa hablando de riesgo de fuego).
Para que ningún otro 'coja' electricidad
del punto de recarga, es decir que nadie que no sea el usuario pueda enchufar
un vehículo o lo que sea al punto de recarga de la plaza de garaje, se han
pensado diferentes sistemas de bloqueo, ya sea mediante una llave o mediante
una tarjeta identificativa RFID.
Quien esté pensando en un sistema de recarga
inalámbrica mediante un sistema de inducción, algo que ya se puede comprar en
algunos países, debe tener presente que si bien no necesitará enchufar el coche
con un cable, sí necesita igualmente una instalación eléctrica hasta la plaza
de garaje.
Un
consejo para terminar
Un último consejo: instalar un punto de recarga de
vehículos eléctricos es por el momento una tarea bastante específica, y aunque
cualquier instalador electricista podría hacerlo, la experiencia y la
especialización vienen bien.
En España hay varias empresas especializadas en la
instalación de puntos de recarga, como por ejemplo Lugenergy o Ibil, aunque
también hay algunas compañías eléctricas con servicio de asesoramiento para
ello. Es cuestión de investigar un poco en Google y buscar. Algunas marcas de
coches suelen también asesorar o facilitar la instalación. No queda otra que
buscar y comparar servicio y precio.
Fuente del
artículo: xataka.com
IBÁÑEZ
@P_Ibanez_
Actualizado:
AFgestifnc
AF gestifinc
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